En MELINDA Y MELINDA, Woody Allen ha elegido volver a su obra característica, una pieza de conjunto poblada por hombres y mujeres consumados, artísticos y ocasionalmente neuróticos que viven en la Nueva York de hoy en día, cuyas vidas se vuelven cada vez más complicadas.
Woody Allen, uno de los cineastas más respetados en el panorama cinematográfico internacional durante más de tres décadas, explora algunos de sus terrenos más queridos en Melinda y Melinda. El giro se introduce en la escena inicial de la película, en la que cuatro sofisticados neoyorquinos disfrutan de una cena en una noche lluviosa. Una anécdota provoca una discusión entre los escritores Max (Larry Pine) y Sy (Wallace Shawn) sobre la doble naturaleza del drama humano, simbolizado por la comedia, la máscara de la tragedia del teatro. En última instancia, se desarrolla un cuento cómico que se enfrenta a una versión más dramática de sí mismo, ambos centrados en una mujer un tanto enigmática llamada Melinda (Radha Mitchell).