Es 15 de agosto y, como todos los años, Paul y sus amigos celebran un gran pícnic en la isla de Callot. Pero, este año, el grupo se queda atrapado en la isla por la marea alta y no se ponen de acuerdo en qué hacer. La tensión aumenta cuando los adultos se pelean por ver quién es el responsable. Mientras tanto, Paul, que está disgustado y a medio camino entre ser un niño y un adulto, se da cuenta de su idiosincrasia al ahogarse en su imaginación.
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Es 15 de agosto y, como todos los años, Paul y sus amigos celebran un gran pícnic en la isla de Callot. La cámara de vídeo graba recuerdos del verano, a los niños jugando y la sencillez de las interacciones entre todos. Pero, este año, la familia se queda atrapada en la isla por la marea alta. El apacible ambiente habitual desaparece cuando todos empiezan a discutir sobre qué hacer. Bruno quiere cruzar lo antes posible, pero los demás piensan que está exagerando, mientras que a Paul le entra el pánico porque no sabe nadar. La tensión aumenta. El coche acaba en el agua, así que deben pasar la noche en la isla. Los adultos intentan quitar hierro a la situación y convertirla en una aventura para los niños, pero, en vez de eso, acaban peleando por ver quién es el responsable. Entretanto, Paul, que está triste y a medio camino entre ser un niño y un adulto, se da cuenta de su idiosincrasia al ahogarse en su imaginación.