El vuelo del Fénix

Cuando envían al piloto de aviones de carga Frank Towns y a su copiloto AJ a la cuenca de Tamsag, Mongolia, para evacuar al personal de una planta de prospección de petróleo que ha cerrado, no se imaginan que esta operación rutinaria se acabará convirtiendo en un reto del que dependerá su vida... Y en la oportunidad de un renacimiento increíble. Poco después de despegar, mientras sobrevuelan el desierto de Gobi, el avión se topa con una enorme tormenta de arena que le arranca la antena y destruye el motor izquierdo. La arena y la gravilla hacen estragos en el fuselaje, el avión se tambalea y Towns se ve obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en medio del desierto más inclemente del mundo en pleno mes de julio. El avión ha sufrido daños irreparables y los once supervivientes están atrapados con muy poca comida y agua. Ante una situación cada vez más desesperada, se intercambian acusaciones y la tensión va en aumento. Un hombre excéntrico y misterioso llamado Elliott (que se había añadido a la lista de pasajeros en el último momento) ofrece esperanzas al sugerir que construyan un nuevo avión, que deberá llamarse Fénix, con los componentes que funcionan del avión C-119 estrellado. Towns y el resto rechazan el plan de Elliott por considerarlo inviable, o incluso absurdo. Además, acabaría rápidamente con sus mermados recursos y energía. Sin posibilidad de rescate y ante una situación que empeora a cada momento, se dan cuenta de que el plan de Elliott es su única esperanza: solo podrán salir de ahí volando. Los supervivientes dejan a un lado sus diferencias y, siguiendo las instrucciones de Elliott, empiezan a construir el Fénix. Incluso cuando el nuevo avión empieza a coger forma, la tarea parece imposible... Pero su única opción es lograr lo imposible.