Cuando le atropellan su bicicleta, Preston cree que no es su día, pero cuando le dan un cheque en blanco, escribe un millón de dólares. Pronto descubre que el problema de tener tanto es mantenerlo.
Cuando un delincuente atropella la bicicleta de Preston Waters de 11 años, cree que no es su día, pero cuando le ponen un cheque en blanco en la mano, escribe un millón de dólares. Ahora Preston es más rico de lo que jamás imaginó. Tiene su propio apartamento y limusina con chófer, y gasta dinero como si no hubiera un mañana. El único problema de tener un millón de dólares es mantenerlo. Incluye imágenes de consumo de tabaco.