La idea de James Cameron de capturar las interpretaciones obliga al reparto a actuar en un lugar lleno de cámaras de infrarrojos para capturar sus movimientos y también a llevar cámaras en la cabeza para capturar las emociones de sus rostros. El límite solo lo pone la imaginación.
La idea de James Cameron de capturar las interpretaciones obliga al reparto a actuar en un lugar lleno de cámaras de infrarrojos para capturar sus movimientos y también a llevar cámaras en la cabeza para capturar las emociones de sus rostros. El límite solo lo pone la imaginación.